Cómo hacer un vendaje de tobillo de manera eficaz
Antes de adentrarnos en el tema, dejaremos clara una cosa, no hay vendaje sencillo, todos presentan cierta complicación, y hay que tener conocimientos y experiencia para hacer un buen vendaje, sobre todo el vendaje de tobillo.
La lesión más frecuente es el esguince de tobillo, que puede estar provocado por multitud de razones: un sobreentrenamiento en algún deporte, por correr o caminar en terrenos irregulares o por una simple caída. (No te pierdas este artículo en el contamos todo sobre el esguince de tobillo, donde lo tratamos en profundidad)
Si te ha ocurrido esto, debes tener en cuenta varios puntos, como realizar un vendaje de tobillo eficaz, respetar el tiempo de reposo y hacer algo de rehabilitación. De esta manera podrás evitar secuelas como dolor crónico o inestabilidad en la articulación, lo que podría provocar un nuevo esguince.

Tipos de vendajes de tobillo
Puedes hacer un vendaje de tobillo de tres maneras distintas, dependiendo de cuál sea su propósito: preventivo, terapéutico o mixto.
Vendaje preventivo
Este tipo de vendajes se hacen con cinta tape para realizar lo que se conoce como un vendaje neuromuscular. Se aplican para mejorar la circulación sanguínea y linfática, para reducir la inflamación y prevenir posibles lesiones. Se coloca siguiendo unas técnicas específicas en función de la zona a tratar.
Vendaje terapéutico
Sirve para sujetar la parte lesionada y se suele hacer con vendaje elástico. El propósito del vendaje terapéutico es mantener protegida la articulación e inmovilizarla todo lo posible para ayudar a que el ligamento dañado se regenere. El tobillo debe estar vendado como mínimo cinco días. Si se hubiese producido un edema, habrá que proteger los maléolos (que son esos huesos que sobresalen a ambos lados del tobillo) internos y externos. Para esto se utilizará algo de gomaespuma o apósitos acolchados, antes de colocar el vendaje. Esta es la forma más eficaz de vendar un tobillo.
- En primer lugar, el paciente tiene que estar sentado cómodamente de forma que pueda mantener el tobillo en un ángulo de 90º, que es como se debe mantener en todo momento hasta el final del proceso.
- Si tienes que utilizar espuma o fieltro para la protección de los maléolos, habrás de colocarla en forma de L en la parte interna y en forma de U en la externa.
- Ahora, con la venda enrollada tienes que comenzar por debajo de los dedos de los pies colocando el extremo de la venda en un lateral. Envuelve la zona del antepié, manteniendo la venda un poco tensa.
- Tras la primera vuelta, empieza a envolver en torno al arco del pie. Estira la venda en diagonal desde la parte de abajo de los dedos, pasándola por encima del pie y rodea el tobillo.
- A continuación tienes que cruzar la venda otra vez en diagonal, por encima del pie pasándola después por debajo del arco. La venda tiene que formar una especie de ocho.
- Al llegar al tobillo, comienza a envolver la protección acolchada para que esta quede fija debajo de los huesos o maléolos. Continúa pasando la venda en torno al tobillo, haciendo de nuevo un ocho, abarcando en cada vuelta la zona del talón por debajo del ocho, y la pantorrilla, por encima.
- Habrás terminado cuando el pie entero esté cubierto y la venda suba unos centímetros por encima del tobillo.
Vendaje mixto
Como su nombre indica, combina las técnicas anteriores, utilizando un vendaje elástico, reforzado con cinta.
Como ves, el vendaje puede ser de gran utilidad, ya sea para prevenir lesiones o para favorecer su recuperación. De cualquier modo, en caso de malestar, dolor u otros síntomas de lesión, lo recomendable es acudir a un médico especialista.
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